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Bautismo

El Bautismo es el Sacramento Sagrado de la base de toda la vida cristiana, la puerta a la vida en el Espíritu (vitae spiritualis ianua), y la puerta que brinda el acceso hacia los otros sacramentos.  Por medio del Bautismo quedamos libre de pecado y renacemos como hijos de Dios, nos convertimos en miembros de Cristo y quedamos incorporados en la Iglesia y compartimos su misión: “Bautismo es el Sacramento de regeneración por medio del agua y la palabra.”

Este sacramento también se le conoce por “el lavado de la regeneración y renovación por el Espíritu Santo” porque esto representa y actualmente crea el nacimiento de agua y del Espíritu Santo, sin el cual “nadie puede entrar en el Reino de Dios.”

A este baño se le llama iluminación.  Todo el que recibe dicha instrucción catequista queda iluminado en el entendimiento.  En el Bautismo se recibe la Palabra, la verdadera luz que ilumina a cada hombre, la persona bautizada ha sido iluminada, se convierte en “hijo de luz”, en sí, se convierte en la “luz”.

El Bautismo es el regalo precioso y magnífico que Dios nos ha dado… se le conoce como regalo, gracia, unción, iluminación, vestimenta de inmortalidad, baño de renacer y sello.  Se le llama regalo porque se le confiere a los que no aportan nada; gracia porque se le confiere hasta a los culpables y los pecados quedan enterrados en el agua; unción porque es algo sacerdotal y de realeza los que lo reciben; iluminación porque emite luz; vestimenta de mortalidad porque cubre la vergüenza; baño porque lava; y sello porque es nuestro guardián y señal del señorío de Cristo.